La construcción de la estación intermodal de San Cristóbal seguirá el patrón contable del puerto exterior: la venta de suelo como fuente de financiación fundamental, que no única, para acometer la obra. Ayuntamiento y Ministerio de Fomento sellaron ayer el acuerdo que marca el desarrollo de este proyecto: en el primer trimestre de 2010 se licitará la redacción del diseño de la terminal y un año después la ejecución de la obra. Pisos, oficinas y comercios se levantará a ambos lados de las vías actuales, que quedarán enterradas
El ministro de Fomento, José Blanco, se desplazó ayer al Palacio Municipal para apadrinar la firma del convenio que recoge los compromisos del Ayuntamiento y del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) para impulsar la intermodal, un proyecto que la Administración municipal maneja desde mediados de la década pasada. Ante el alcalde, concejales y representantes del entramado empresarial, el ministro se comprometió a convocar el concurso para la redacción del diseño de la intermodal "en el primer trimestre de 2010" y a licitar su construcción "a principios de 2011". Antes, en un mes, ADIF contratará el estudio de las necesidades de la infraestructura.
La intención de José Blanco pasa por que la infraestructura reciba a sus primeros viajeros en 2012, el año de la llegada del tren de alta velocidad a la ciudad, aunque sin llegar a garantizar que la estación sea un hecho antes que el nuevo ferrocarril. Tampoco concretó el presupuesto global de esta infraestructura porque, alegó, no se dedica a "especular sobre costes aproximados", sino "a trabajar con rigor".
El "protocolo general" rubricado ayer por el alcalde, Javier Losada, y el presidente de ADIF, Antonio González, retoma, y amplía, el plan Vialia, en el que el ente público y la inmobiliaria Riofisa se aliaron con la intención de agrandar la estación de San Cristóbal con un centro comercial. El área de tiendas y hoteles con aparcamiento subterráneo se mantiene en el nuevo proyecto y ayudará a pagar la infraestructura. Pero Vialia crece hasta convertir San Cristóbal en el gran centro del transporte de la ciudad, con vías y andenes bajo tierra y con una edificios de pisos y oficinas.
En el acuerdo, ADIF, dependiente de Fomento, se compromete a aportar "el coste de la ejecución de la nueva estación de alta velocidad y de la remodelación de las vías e instalaciones ferroviarias existentes en la estación de San Cristóbal". El Ayuntamiento asume "el coste de la nueva estación de autobuses", que deberá ocupar una parcela "independiente y contigua" a la de trenes. Para ello "habrán de contribuir los recursos económicos generados por la reordenación urbanística de la actual estación de autobuses", es decir, la venta de suelo de la parcela de A Cubela. El Ayuntamiento también financiará "los costes de redacción de los estudios y proyectos" necesarios para el proyecto. La Administración municipal, en cumplimiento del protocolo, deberá expropiar a ADIF los terrenos que resulten innecesarios para el servicio ferroviario.
Para la construcción de la terminal de transporte intermodal, ADIF y Ayuntamiento consideran básicos los recursos que generen la venta de suelo en las dos estaciones actuales, y el complejo comercial previsto. El recurso a estas vías de financiación resulta "indudable", a juicio del ministro de Fomento, que aseguró que este modelo no supone una novedad en intervenciones urbanísticas y de infraestructuras de este tipo en España. "Es lo que hacemos en todas las ciudades de España para impulsar las zonas en las que se contemplan estas actuaciones. Igual que en Logroño y Palencia, por poner dos ejemplos recientes", afirmó.
La nueva estación ferroviaria incorporará, estipula el acuerdo firmado ayer, "una edificabilidad de uso terciario, comercial y hotelero, etc., que contribuya a generar un área de centralidad urbana y de servicios a la ciudadanía aportando los recursos económicos necesarios para financiar la remodelación ferroviaria y garantizar el equilibrio económico de su futura explotación". Los suelos que ADIF libere en San Cristóbal se deberán gestionar con dos objetivos: "Mejorar la comunicación" entre las avenidas de A Sardiñeira y de Joaquín Planells, separadas ahora por las vías, y contribuir "a completar la financiación de la actuación urbanístico ferroviaria".
Una intervención urbanística de esta magnitud deberá ir de la mano de la tramitación del nuevo Plan General de Ordenación Municipal. En el documento inicial, el Ayuntamiento ya prevé la transformación de las estaciones de tren y autobús tal como recoge el acuerdo con ADIF, con reserva de suelo para viviendas, oficinas, comercios y hostelería que ayude a financiar el presupuesto de la intermodal.
Ambas administraciones fijan en su protocolo la edificabilidad que se deberá concretar para garantizar la viabilidad de la operación. El área reservada para el inmueble central de la estación contendrá un espacio comercial con una edificabilidad de 45.000 metros cuadrados, de los que un tope de 11.000 serán para uso hotelero, o con una ocupación máxima del 70% de la superficie construida. Sobre las vías que queden enterradas se implantarán espacios libres, viales y equipamientos públicos. A ambos lados de la losa que cubrirá los raíles del tren, el plan general reservará suelo para equipamientos y "los distintos usos lucrativos, residencial, terciario, oficinas... hasta una edificabilidad total de 50.000 metros cuadrados".
Los 95.000 metros cuadrados de edificabilidad que estipula el acuerdo para San Cristóbal se ciñen a las previsiones del nuevo planeamiento, donde se fijan 93.000 metros cuadrados, el 51,61% para edificios de viviendas. El nuevo plan también prevé la desaparición de la estación de autobuses dentro de un sector más amplio, como se aprecia en el gráfico de la página anterior, al que se asigna una edificabilidad de 37.000 metros cuadrados. En ambas urbanizaciones, la mitad de la vivienda construida deberá ser de protección autonómica.
El protocolo condiciona el desarrollo urbanístico de la estación de autobuses al acuerdo entre el Ayuntamiento, titular del solar, y la Xunta, de la que son las competencias en transporte interurbano. El alcalde invitó al acto de ayer a asociaciones empresariales y entidades financieras, pero no a la Xunta porque, alegó, sólo debían estar presentes las administraciones propietarias de los terrenos afectados.
El conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández, se tomó su exclusión del acto como un desaire que "marca un punto de inflexión en la política de entendimiento de la Xunta con el Ministerio de Fomento". "Si se habla de buses, afecta a la Xunta. Además, somos la autoridad urbanística y tenemos pendiente el informe del plan general de A Coruña", afirmó Hernández, que ofreció su colaboración en este proyecto.
Ajenos al malestar de la Xunta, el alcalde y el ministro de Fomento consideraron histórica la firma del protocolo para la intermodal. "Querido ministro, hoy (por ayer) es un día de triunfo", proclamó Javier Losada. "Es una infraestructura que va a trascender a muchas generaciones", añadió José Blanco. A su euforia puso el contrapunto el grupo municipal del Partido Popular: "El alcalde ha vuelto a vender un nuevo fascículo de un proyecto que lleva años prometiendo y que pagarán todos los coruñeses con la liberalización de terrenos".
El ministro, que dedicó a la Torre su firma en el Libro de Oro de la ciudad, reforzó su "compromiso" con la ampliación de la pista del aeropuerto de Alvedro, en fase de declaración impacto ambiental. Blanco aseguró que su próxima decisión sobre este proyecto "no se prolongará más allá del primer trimestre de 2010".
PD: Muy Bueno para Riofisa a medio plazo
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